20141009

LA CONTRU DE MI ALMA" DE DANIEL TAPIA TORRES (PRESENTACIÓN DE RODRIGO OLAVARRÍA)

LA CONTRU DE MI ALMA" DE DANIEL TAPIA TORRES
(imágen: Rensi Veninga Fergadiott)




Deseo agradecer a Hebra Editorial y a Daniel por invitarme a ser parte de la presentación de este libro hermoso y fundamental junto a un poeta como Jaime Pinos. Gracias. Luego, debo declarar mi total parcialidad al hablar sobre Daniel Tapia o cualquiera de sus producciones, soy un interesado en el transcurrir de su estrella a lo largo del calendario y un agradecido de las lecciones que ha tenido a bien darme. Confieso que me considero a mí mismo como un danieltapieísta fogueado, situación a la que he llegado tras casi década y media de compartir poemas, lecturas, cine, música e intimidad. No sería el mismo si Daniel no me hubiese convencido de abandonar una mirada prejuiciada y adolescente sobre Nicanor Parra, si no me hubiese iniciado en los misterios de la música de Charles Mingus y si no me hubiese acompañado tras una ruptura de la cual emergí con un amigo nuevo, él.

Pero estamos aquí para celebrar la aparición de La contru de mi alma, libro con el que Daniel Tapia, gracias a los oficios de Hebra Editorial, hace su debut en las ligas mayores de la poesía chilena. La contru de mi alma es un libro que reflexiona sobre la situación del sujeto asalariado en una sociedad que permite la explotación, pero desde la primera línea de la batalla, la construcción. Se trata de un libro que vuelve sobre las ideas de Francisco de Quevedo en su poema Madre, yo al oro me humillo, sobre el dinero y sus efectos en los seres humanos, es decir, que "da calidad al noble y al pordiosero" y que "da y quita el decoro y quebranta cualquier fuero". Se trata de un "poderoso caballero" bajo cuya enseña el trabajo, el tiempo y las vidas enteras de trabajadores sin voz son arrendadas y mal pagadas, situación que se hace visible gracias a la aparición de un poeta en la obra, alguien cuya voz (cuyo canto) halla su propia forma ante las historias de las cuales es testigo.

El libro se abre con la imagen de una moneda, un óbolo, una moneda cuyas caras son la muerte y el nacimiento de un niño, la derrota anunciada y la esperanza, todo puesto en perspectiva con las palabras del poeta argentino Arturo Carrera: "la vida gratuitamente recibida / en sí misma no tiene ningún precio". Ese recién nacido, que es una promesa y que, a su manera, es la imagen de todos los seres humanos, no debe jamás ser moneda de cambio para el poderoso. La vida de un ser humano no es un bien que se pueda comprar y, sin embargo, hoy esto es permitido a través de leyes laborales injustas, sueldos de miseria y un sistema educacional que promueve la desigualdad.

Si bien la lucha de clases está entre los cimientos de este libro, el argumento de La contru de mi alma no es marxista. Para mí, detrás de cada poema de este libro hay una noción de justicia que es posible encontrar en los evangelios, en las sencillas lecciones de un Cristo que los dueños del capital, cristianos hipócritas ellos, se permiten ignorar, pero que los obreros hacen suyas. Es el caso del Maestro Bendiciones y Manuel, el excavador evangélico que sugiere al autor la lectura del Evangelio de Mateo. Una lectura que, ante la injusticia de esta vida, propone la conformidad de la creencia en la vida eterna, a la que los obreros llegarán tras cumplir su destino de bolsas de té que dan color y sabor al agua clorada para luego ser desechados con el resto de la basura.

El poeta abandona su trabajo en una librería retail de un mall y se une como vigilante o rondín a la construcción de un loteo que llevará por nombre Michelle Bachelet, un nombre apropiado para  servir de telón de fondo al argumento de este libro, que podría ser la novela de un Nicomedes Guzmán contemporáneo o, como dice el mismo autor, de "un cuento de Bukowski". Una película en cuyos créditos iniciales podría sonar la voz de Víctor Jara cantando "Cuando voy al trabajo" mientras el protagonista lleva en su pecho el nombre de su hijo, que significa "respiro".

La contru de mi alma es el relato de una "estancia" como lo pueden ser "Una temporada en el infierno" o "El diario de un ladrón", este libro es una "residencia" a la cual el autor lleva sus ojos, sus oídos y su escritura, instrumentos con los cuales registra las voces y las historias de los trabajadores de la construcción. Es decir, se trata de un libro cuyos poemas tomados como conjunto constituyen un documental en primera persona, la obra de un autor que lleva la cámara al hombro mientras presencia la acción externa del campo de batalla y también cuando los protagonistas de la batalla abren su intimidad al ojo ajeno.

La noción de registro documental aparece en el libro, primero bajo la forma de un proyecto inconcluso del que debía formar parte Gabriel Aros, uno de los personajes presentes en los poemas de este libro, y luego bajo la forma que asume el propio libro que estamos leyendo, es decir, la forma de un documental en verso. Este aspecto se ve reforzado por el conocimiento que todos, incluso quienes jamás han puesto un pie en una construcción, tenemos de qué y cómo es una "obra". Ninguno de nosotros ha estado en la guerra, pero sabemos cómo funciona la guerra, sólo nos bastan una par de personajes bien delineados para adentrarnos en ella. Lo mismo ocurre con la cárcel, espacio que el autor compara con el de la construcción, a la que denomina colonia penal.

El autor nos hace ver el sitio, el espacio que usará como set y, una vez que este escenario está definido, hace entrar a escena a los obreros, los protagonistas, a través de poemas individuales  dedicados a personajes puntuales y ciclos de poemas dedicados a: los cuidadores, los perros, los Fernández y los Aros. Y en medio de todos ellos, encontramos al autor, que al principio se esconde para leer, pero después de injustos descuentos a su sueldo lee simplemente delante de todos. El autor, cuya "bitácora", este libro, se escribe día a día en medio de la obra y entre los obreros.

Este escribirse como proceso nos lleva a reflexionar sobre el título del libro: La contru de mi alma. Este título no sólo constituye una forma afectuosa de referirse a la obra entendida como quiénes la conforman, los obreros, sino que habla también de un proceso que se está llevando a cabo a medida que vamos leyendo, un proceso donde la escritura y la vida son comparados con la construcción. Así es como vemos al poeta de pie en medio de "su obra" y en medio de "la obra"; imagen que es doble, pues Espinoza, uno de los cuidadores de la contru, es también el dibujante e ilustrador del libro que hoy presentamos.

En la última sección del libro encontramos un homenaje a Ximena Rivera Órdenes, poeta visionaria; una secuencia de poemas donde el autor expone su vida laboral después de la contru; y el poema final del libro, donde se funde con una multitud que bebe en el día del joven combatiente. Descorazonado piensa en los hermanos Vergara, los degollados y los hermanos mapuches, "nuestros muertos", piensa en el dios de los ricos y en el dios de su abuelo, para después meterse a la cama y dormirse con la imagen del rostro de su hijo en los párpados, la imagen de la esperanza y la única razón para seguir luchando. Niño, cuya sonrisa, es lo único que desea llevar al reino de la muerte, así el libro se cierra tal como se abre, con la derrota anunciada y la esperanza.

Para acabar, quisiera decir que, simbólicamente, en términos alquímicos y también psicológicos, podemos igualar el dinero a las heces. Las primeras lecciones de economía que aprende un infante son las de gastar (defecar) y ahorrar (contener sus propias heces). Por otra parte, frecuentemente, en las historias que provienen del folklore vemos como el oro se transforma en heces y en la alquimia, como el opus magnum parte desde el nigredo a su transmutación en oro. Entonces, amigos y amigas, no es tan descabellado esperar que quienes se enriquecen a costas de las vidas de los obreros y los trabajadores, que quienes amasan fortunas y las ven acumularse hasta los cielos, mueran hundidos en su propia mierda.


Rodrigo Olavarría

Septiembre, 2014


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